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sábado, 29 de septiembre de 2012

Relatos enviados para el Concurso Aniversario 6

Relato de Daniela Agrafojo.
MI AMIGA HADA
Odette miraba la pradera multicolor con sus enormes ojos violetas, anhelando que llegara el día en que su compañero humano la llamara, así ella podría abandonar la vida aburrida del Fairytale y vivir junto a él en su mundo.
Desde siempre había deseado ser llamada. Y con pesar veía como cada noviembre, muchas de sus compañeras hadas se marchaban para vivir junto a su compañero o compañera humana. Ella siempre se imaginaba las aventuras que se vivirían al formar parte de ese agitado y complicado mundo, mas nunca ninguna de sus compañeras había vuelto para narrar las historias, pues era una de las reglas. Si un hada era llamada para vivir al lado de su compañero, no podía volver a su propio mundo, debía permanecer con su compañero hasta que él lo deseara. Y claro, todas ellas, encantadas siempre estaban de esa condición. Pero los ciclos pasaban y ella no era solicitada. Y ya comenzaba a temerse que jamás lo sería. Claro que no había nada de malo en quedarse y vivir en Fayritale, pero ella en verdad deseaba irse.
No es que no fuera feliz allí, pero su espíritu travieso y aventurero quería verlo todo de aquel mundo y el estar imaginándoselo sólo le servía para quererlo más. Suspiró resignada, el día se acercaba nuevamente y al parecer este ciclo tampoco sería llamada.
Escudriñó con nostalgia el atardecer, pensando en Fay, su hermana. Ella se había marchado el ciclo anterior, pero no sabía nada de ella, esa era otra de las razones por las que ansiaba ir, quería saber de sus amigos, los que vivían allá. Apoyó su carita en forma de corazón sobre una de sus manos con nostalgia, pensando que si no fuera por Nyx, su ansiedad sería aún más difícil de llevar, aunque jamás se lo diría.
–Déjame adivinar –le dijo una voz a su espalda– pensando de nuevo en ir al mundo humano.
Odette no contestó, no lo haría. Ese tonto de Nyx solo la exasperaba, y las pocas veces que lograba librarse de él, volvía a encontrarla.
–Oh, entiendo –murmuró– ahora me ignoras.
No iba a hablarle, no lo haría, no…
–Déjame en paz Nyx –arguyó sin darse cuenta.
El ser mágico llamado Nyx, se sentó junto a su amiga sin prestar atención a sus palabras. Él bien sabía lo mucho que ella deseaba ir a aquel mundo, sin embargo no había sido llamada aún, y aunque siempre le decía calmadamente que su día llegaría, ella no parecía creerle.
–Esta vez serás llamada, Odette.
–Eso dijiste la vez pasada.
–Ahora estoy seguro –afirmo– ya lo verás. Pronto te encontrarás con Fay y los otros.
–¿Lo dices de verdad? –preguntó mirándolo esperanzada.
–Lo digo de verdad –aseguró con una sonrisa dulce, colocando su mano encima de la de ella con ternura.
Odette miró fijamente sus manos unos segundos, para luego levantar el rostro hacia su rostro, anonadada por su hermosa sonrisa y su amabilidad. De acuerdo –reconoció para sí misma–, tal vez había exagerado un poco antes cuando pensó que el siempre la exasperaba, y por alguna extraña razón, su soledad siempre se apagaba cuando él estaba cerca. Pero no lograba comprender esa sensación extraña, así que cada vez que estaba junto a él aparentaba no poder soportarlo.
Él la seguía observando sin mover su mano con esa expresión encantadora tan característica de él, y Odette, al notarlo sintió como sus mejillas se sonrojaban, por lo que apartó la mirada.
–Confía en mí Odette –susurró apretando la mano de ella suavemente– todo saldrá bien.
**********
Algunos días más tarde…
Odette y Nyx, junto con el resto de las hadas, esperaban en el círculo de piedras para saber quiénes partirían al mundo humano. Ella estaba ansiosa e impaciente, más de lo común, y apretaba la mano de Nyx con más fuerza de la necesaria. Pero deseaba saber si él tenía razón, ella lo creía, pero necesitaba que se hiciera realidad.
Más tiempo pasó, los nombres eran mencionados pero no el de ella. Odette ­–susurró en su mente– ¿Acaso es tan difícil decir mi nombre? Para su consternación, el nombre de su amigo fue mencionado y su corazón se llenó de tristeza al instante. Ahora Nyx también iba a irse y ella iba a quedarse sola. ¡No puede ser! ¿Por qué? ¿Qué voy a hacer ahora? Su mano aflojó el agarre de la mano masculina, liberándolo. Él se iba, ella no. Así de sencillo. Sus ojitos violetas se llenaban poco a poco de agua, empañándole la visión. No era justo, pero no podía hacer nada. Nyx la miró y en sus ojos pudo leer el pesar que él también sentía. Sabía que no podía negarse, debía acudir a su compañero.
A su alrededor se escuchaban las risas y gritos de sus compañeras hadas, las que se iban y las que se quedaban, todas felices. Todas menos ella. Solo quería que acabara todo, para irse a su casita y llorar, cuando de pronto sucedió. Odette, dijo la reina. Claro que ella lo había deseado tanto que cuando finalmente pasó no conseguía creerlo. Miró a la reina como si hubiera dicho algo sin sentido, a lo que ella le respondió con una sonrisa cálida que inundaba de destellos luminosos su corazón. Sólo cuando Nyx tomó su mano nuevamente y le sonrió, ella se permitió creerlo. Abrazó a su amigo con todas sus fuerzas, riendo.
–Lo han dicho –gritó feliz– ¡Han dicho mi nombre!
–Ya te lo había dicho –le contestó Nyx, devolviéndole el abrazo. Era la primera vez que ella lo trataba de esa manera, pero se sentía contento. Iba a ir con su amiga al mundo de los humanos. Podría verla todos los días, y ser testigo de su sueño cumplido por fin.
–Iremos juntos –le dijo más calmada, mirándolo aún con una sonrisa.
–Si –murmuró dulcemente.
–Es hora –les susurró la voz de la reina, indicándoles que debían partir.
Ambos caminaron hacia donde estaban los otros elegidos, y esperaron a que la luna ocupara su posición en el cielo. Luego el portal se abrió, y todos fueron tragados por un túnel de luz.
**********
Odette abrió los ojos lentamente, sintiéndose aún aturdida, ese viaje no fue como lo imaginaba –pensó–. Miró detenidamente cada detalle del lugar donde se encontraba. ¡Una habitación! Una habitación femenina, para ser más precisos. Detalló la cama, con un cobertor color morado claro, que combinaba con el color de las cortinas que ondeaban suavemente en la ventana. Las paredes eran de un color crema muy claro, y estaban llenas de fotos y dibujos. Había una mesita al lado de la cama, con una lámpara y un reloj. ¡Vaya! Todo se ve más grande de lo que imaginé. Intrigada, intentó levantarse del lugar en donde estaba y fue cuando se dio cuenta de que tenía una especie de tela encima. Curiosa, la separó de su cuerpo y se levantó. Emocionada de estar por fin en el mundo humano y ansiosa de conocer a su compañera.
En ese instante se abrió la puerta de la habitación y una niña de cabello negro entró tarareando una melodía. Odette no supo qué hacer, nerviosa como estaba, así que se quedó parada en el lugar, esperando ver la reacción de la pequeña humana al verla. Se tensó cuando la chica se giró hacia ella.
–¡Has despertado!
Odette no dijo nada, asombrada como estaba de que la niña no estuviera asustada o algo parecido, más bien parecía muy contenta.
–Qué bueno que estás bien, me tenías bastante preocupada.
La chica se acercó para mirarla de cerca con sus grandes ojos castaños, llenos de cariño, y una sonrisa amable que la sorprendió aún más.
–Mi nombre es Claudia –dijo tranquila– y tengo diez años. ¿Me dirás tu nombre?
–Odette –dijo con cautela. No estaba segura si la niña podría entenderla. Pero entonces la hermosa muchachita sonrió nuevamente.
–Me alegra conocerte Odette –dijo– y ¿eres un hada? –interrogó con los ojos brillando de la emoción.
–Lo soy –respondió– pero debes mantener en secreto mi llegada –pidió suavemente, a lo que la niña asintió.
–¡Un hada vino a visitarme! –gritó Claudia de repente, para un segundo después abandonar su estado sonriente y preguntar –¿Cuánto tiempo te quedarás?
–Hasta que tú lo desees.
–¡Qué bien! Y dime ¿Hay más como ustedes? –Odette asintió– ¿Puedo verlos?
Odette pensó por un momento. Primero debía encontrarlos ella, y luego si estaban cerca, Claudia podría conocerlos. Pero eso podía ser bastante difícil, pues no sabía en qué lugar se encontraban Fay o Nyx.
–¿Qué pasa?
–Primero debo saber en qué parte se encuentran. Si están cerca, puedes verlos.
–¡Qué guay! –exclamó.
–Será un placer permanecer contigo Claudia, si me lo permites –le murmuró con una tenue sonrisa.
–Puedes quedarte para siempre.
**********
Nyx suspiró nuevamente.
Su viaje había sido muy movido, pero al despertar había notado con incredulidad que estaba atrapado dentro de una botella. Asombrado, había gritado que lo sacaran de allí golpeando el cristal con sus pequeños puños, cuando una cabecita rubia se había asomado por detrás de la cama. Un pequeño niño de ojos verdes lo miraba entre asustado y curioso desde detrás de su máscara de buzo con esnórquel. Nyx detuvo los golpeteos y lo miró con curiosidad por un rato, hasta que comenzó a sentir como se quedaba sin oxígeno –porque la botella estaba tapada con un corcho– y comenzó a golpear nuevamente.
–Hey, niño –dijo lo más gentilmente que pudo dadas las circunstancias– ¿Podrías sacarme de aquí?
–¿Quién eres tú? –preguntó con timidez.
–No voy a hacerte daño –barbotó– pero me estoy quedando sin aire aquí adentro.
El niño lo miró unos instantes más antes de finalmente abrir la botella. Cuando Nyx salió tomó una bocanada enorme de aire. El humano había vuelto a meterse detrás de la cama y lo miraba con sus ojos verdosos apenas asomados por encima del cobertor de autitos. Tratando de no hacer nada precipitado, Nyx se había sentado en el pequeño escritorio donde antes estaba la botella, decidido a esperar a que fuera el pequeño quien se acercara a él. No tuvo que esperar mucho, porque lleno de curiosidad, el pequeño humano había andado con pasitos inseguros hacia él, hasta estar frente a la mesa. Se había arrodillado delante de él y con indecisión había acercado un dedo para tocarlo. Nyx había dejado que lo tocara suavemente, hasta que se sitió confiado.
–¿Quién eres tú? –había interrogado nuevamente con sus deditos aún tocándolo.
–Mi nombre es Nyx.
–¿Mich? –dijo– Así se llama mi papá.
–No, no –había hablado con su calma acostumbrada– mi nombre es Nyx.
–Hola Mich, mi nombre es David –había dicho.
Y con ese recuerdo, volvió a suspirar. Llevaba más de dos horas intentando que el pequeño de siete años le llamara por su nombre, pero parecía imposible. Él estaba determinado a llamarlo “Mich”, y en ese momento, le preocupaba más no saber en dónde estaba Odette. Seguramente ya estaba con su compañero, pero deseaba ver que estuviera bien por sí mismo. Por esa razón, se había instalado en la ventana, tratando de sentir su poder, como lo hacía siempre en Fairytale para encontrarla, pero no sentía nada.
Mientras miraba por la ventana, Nyx no se había percatado de lo que hacía su pequeño compañero. Éste daba algunos paseos hacia la cocina y de regreso, trayéndole todo tipo de comidas. Cuando Nyx finalmente miró al niño, se fue de espaldas cayendo desde la ventana hasta la cama. Con la boca abierta de par en par, miró incrédulo la cantidad de pasteles, frutas y bebidas, entre otras cosas, que su pequeño humano le había llevado. Buscó a David con sus ojos azules, para encontrarlo sentado al lado de la cama, mirándolo con atención, esperando. ¿Acaso pretende que me como todo esto? –pensó– ¡Es imposible!
–Ehhh… David… ¿Qué quieres que haga con todo esto?
–Comértelo –dijo, como si fuera obvio.
–No tengo hambre, disculpa –arguyó apenado.
El niño pestañeó un par de veces, mirándolo. En verdad esperando que él lo comiera todo, pero Nyx jamás podría comer todo aquello, ni en un millón de años.
–Bueno… verás…
–¡Helado! –gritó de repente David, saliendo apresuradamente del dormitorio mientras una melodía extraña sonaba desde afuera. Nyx se apresuró a seguirlo, no le preocupaba que alguien más lo viera, porque sólo aquellos que poseen un hada compañera pueden ver a las demás. Se detuvo cuando vio al pequeño en una fila delante de un extraño auto rosa. ¿Helado, que será eso?
Pero se olvidó del helado cuando sintió un familiar poder acercase a él. Miró en la dirección que provenía y con alegría, observó como Odette se acercaba siguiendo a una niña humana de pelo negro y largo. Ella se detuvo al verlo, para luego volar hacia él a gran velocidad.
–¡Nyx! Qué bueno que estás bien.
–También estoy feliz de encontrarte. Dime ¿Estas…
–Sí, esa niña de ahí –sonriendo señaló a su compañera, que estaba en la fila igual que David– su nombre es Claudia y es adorable ¿Y el tuyo? –dijo mirando en todas direcciones– ¿en dónde está?
–Ahí –señaló la cabecita rubia justo delante de Claudia– el niño rubio que está delante de tu compañera, su nombre es David.
Ambos intercambiaron miradas de alegría al notar como sus compañeros regresaban juntos con unos extraños y coloridos alimentos en las manos.
–¿Ves? A que es genial –le dijo David a Claudia señalando a Nyx.
–Esa es la mía –le susurra bajito al niño mientras le revuelve el cabello rubio– ¿Verdad que es bonita?
–Ujum… –asiente David con la boca llena de helado de fresa.
Nyx y Odette siguen a los niños de vuelta a sus casas, contentos con los compañeros que ambos tienen, y de que éstos sean vecinos.
–Quisiera que Fay estuviera cerca de nosotros también –se lamenta Odette.
–Seguramente no está lejos –le dice Nyx para animarla, a lo que ella sonríe– debes estar feliz, la aventura pronto comenzará.
–Te equivocas –él la mira curioso– ya comenzó.

***** FIN *****

Relatos enviados para el Concurso Aniversario 5

Relato de Matty.

Pequeños poquitos.
La tarde despertaba resplandeciente en el umbral de una noche estrellada que parecía venir mientras que el reflejo de unos pocos rayos de luz sobre el agua asomaba para enseñar a una joven de pálida tez y de apariencia tan frágil como la flor de un ciruelo contando paso a paso la cicatriz dejada sobre la arena. Mantenía un paso cargado de música mientras era llevada y acompañada por una refrescante brisa veraniega. A su lado, junto a sus huellas, yacía otro par pintado sobre la corrediza manta nacarada. El viento mecía las bellas verde-azuladas que acariciaban sus delicados pies al llegar a la orilla. Había transitado lo que parecía ser un largo camino, volteando su vista atrás, aquella pequeña punta llamada “La Pedrera” se veía casi minúscula, escasamente alumbrada por dos o tres ventanas que se iban encendiendo con el paso de las horas y a medida que la noche iba pisando tierra firme. De sus pisadas ya no quedaba alguna pues la marea las había borrado permitiéndole continuar al par vecino. ¿Era aquello un indicio de algo? ¿Era a caso el paso del tiempo capaz de borrar las más profundas y feas pisadas del pasado así como el mar lo había hecho con las marcas en la arena?

Cesó el ritmo para descansar en un montón de escombros que le impedían continuar, que no le dejaban llegar al puerto. Una barrera... un obstáculo más en su vida. Una vida cargada de promesas y desafíos que pocos había logrado cumplir y tantos otros que había abandonado en el más vasto rincón de su enajenado pensamiento. Su mente disparaba flashes donde a través del cielo pasaban escenas de su vida, pero Ume trató de concentrarse en aquella única cosa que había llamado su completa atención, el par de huellas junto a las suyas. ¿Por qué estarían allí?, pero más importante aún, ¿por qué permanecían aún?, ¿no era la marea capaz de llegar a ellas y arrastrarlas hasta lo profundo así como lo había hecho con algunas suyas? Una inmensa soledad rodeó sus brazos sobre ella y no más que un mar comenzó a trazar sendero desde su pequeño lagrimar hasta la comisura de sus delgados labios. No tenía nadie a su lado quien pudiera abrazarla y sostenerla. No tenía a quien hacerle sonreír o a quién provocarle nostalgia de buenos capítulos de vidas pasadas. Su libro permanecía con innumerables historias negras más que blancas. Las gotas que comenzaron a caer y se unieron con su llanto, cubrieron su sufrimiento mientras las nubes cegaban la vista al centenar de estrellas que habían comenzado a brillar en la temprana noche. El agua se sentía tan cálida como el abrazo jamás obtenido, fue la compañía más importante de aquel momento, pero para cuando abrió sus ojos una vez más, aquel par vecino había desaparecido. La lluvia se debilitó hasta apagarse y llegar a su fin, dejando solo un manto de arena tan llano y perfectamente liso como una hoja blanca aún sin escribir.

-‘Podría ser que necesite un nuevo comienzo, debería escribir un libro nuevo, uno donde las páginas blancas se tiñan de interesantes colores, formas y texturas, uno donde yo no sea la única protagonista. Una historia donde no esté completamente sola y que así como este par de huellas forjó y guió mis pasos, pueda dibujar la persona autora de las mismas. Esa aguja de un pajar tan difícil de encontrar pero tan preciada una vez que se obtiene que me haga ser incapaz de dejarle partir. Una persona amiga que esté a mi lado.’- afirmó en su pensamiento y con el gran coraje y fuerza interior que poseía, dejó de ver hacía atrás volteando su mirada hacia el puerto. El resplandor de las luces brillaba tanto como las estrellas, la refracción de la luna llena iluminaba el lugar complementación perfecta para un nuevo empezar. Un gran impulso le llegó desde lo más profundo de su corazón y escaló aquel ejército de piedras unidas unas con otras, llegó a las rejas y encontró un pequeño hueco por donde pasar. Arrastró su cuerpo rasgando parte de su vestido con pequeños hilos de alambre oxidado y consiguiendo atravesarlo, dio un salto de alegría junto a un suspiro que quitaría su aliento y tendería su cuerpo sobre el asfalto de la terminal portuaria.

-‘Lo he logrado, he dado el primer paso.’- susurraba algo fatigosa mientras trataba de recuperar fuerzas sin quitar sus ojos de la inmensa vía láctea. Uno de sus brazos se extendió hacia lo alto y señaló un nuevo camino –‘He visto nuevos caminos’- dijo para sí trazando el recorrido de la ruta de las estrellas con su dedo índice. Inhaló oxigeno abundante, expulsó el carbono sobrante y volvió a ponerse de pie. Sus pasos esta vez no dejarían una simple huella, sino que comenzarían a trazar rutas y consigo una vida. Una dirección que permitía ver un futuro más claro y un presente seguro con ideas y formas más instaladas. –‘Aunque no te pueda ver, aunque no estés físicamente conmigo puedo sentirte amiga, recibo tu apoyo y sé que mientras tu estés pensando en mí y me recuerdes, yo estaré haciendo lo mismo por ti. Nuestra amistad algún día nos guiará hasta un futuro cercano donde podamos conocernos y estar tan cerca una de otra que haremos de nuestra amistad algo eterno. Mientras esperaré por ti.’- afloraba cada pensamiento en minúsculas palabras que salientes de entre sus labios querrían alcanzar los oídos de alguien más. Trazaba pincelada tras pincelada su sendero al muelle.

Un barco parecía haber estado esperando por ella. Ella llegó y como suaves danzas de pétalos sobre una nube liviana y pasajera, posó su pie derecho en el barco. Todo su alrededor fue testigo de aquel gran inicio, donde una pequeña joven con gran fuerza interior zarpó en el más en búsqueda de aquel vinculo eterno, amistad; de trazar un comienzo resplandeciente lleno de color. –‘Oye, quién me esté escuchando… ¿y qué tal estaría poder chocar con el amor? No sería más oportuno para completar ese triángulo hermoso de eterna felicidad, ¿cierto?’- preguntó a sí misma con total confianza de poder alcanzar las primeras metas de su primer gran libro. –‘Esto será una promesa que cumpliré, seré feliz. Esta vez lo seré’-

Otros vientos soplaban esta vez, otras mareas tendría que atravesar pero teniendo siempre un objetivo claro podrá superarlas para seguir escribiendo la novela de su vida, creando recuerdos inmemorables e inolvidables y viviendo oportunidad de juntar cada pieza del rompecabezas final.






Libro en blanco - Página inicial:

-‘Si algo he aprendido en la vida es que uno no vive de su historia, de una memoria o un pasado... sino de lo que hace con él para seguir adelante y crear un nuevo camino.
Enterrarse en un pasado no sirve, y vivir en un drama o victimización continúa aborrecen el hecho de la existencia... es demigrarse a uno mismo.... humillarse.
Es caer en lo más bajo que puede conciderar a una persona, demostrar un espacio vacío, un flaqueo, permitirse caer, rendirse es no quererse a uno mismo.
Mostrar signos de debilidad es dar una guerra por acabada, entregarse a la muerte misma sin haber hecho algo a cambio. Haber desperdiciado la vida, desaprovechado, incluso haberla rechazado. Por eso hoy, y ahora es momento de vivir.’-


[Ume es la flor del ciruelo cuyo significado eso: “mantén la promesa”]

Relatos enviados para el Concurso Aniversario 4

Relato de Beronykas.

De entre todos los árboles que había en el pueblo, había elegido años atrás ésa encina para que fuera el sitio donde refugiarme, evadirme y llorar tranquila después de su marcha…
Cada tarde, me iba a eso de las cuatro hacia allí. Con un libro en una mano y una carterita en la otra, para guardar mi zumo y mi sándwich.
Como era de costumbre nada más sentarme me abstraía, quedaba inmersa en mis pensamientos…. Mis recuerdo…. En mi cabeza solo veía unos ojos oscuros como la noche, una piel canela y tan caliente como el fuego, una sonrisa maravillosa con unos dientes de un blanco tan puro que la mismísima Luna, de haber sabido de su existencia, seguro se hubiera puesto celosa…. Y ¡oh, esos labios! Esos que todavía sentía junto a los míos, a pesar de que el tiempo hubiera borrado su intensidad.
Después de 5 años, esas mismas imágenes seguían apareciendo en mi mente a cada rato…
Ensimismada me hallaba cuando, de repente, a lo lejos atisbé la figura de un hombre, que se acercaba por el camino de tierra junto a la ladera del pueblo, la única que comunicaba directamente con el Valle de los Héroes, un santuario para recordar a todos aquellos que alguna vez lucharon por la libertad de nuestro pueblo, y se dirigía hacia aquél árbol, ése que me resguardaba del sol quemante cada tarde.
Apenas faltaban doscientos metros para que aquél muchacho, se acercara a mí pero mi mirada permanecía perdida. No era consciente de su cercanía. Seguía como atontada mirando hacia esa sombra que se acercaba cada vez más pero sin prestarle atención.
  • ¡Dana! ¡Dana!-. Salí del trance del que mis recuerdos me habían llevado. Alguien estaba pronunciando mi nombre. Ese muchacho sabía cómo me llamaba…

  • ¡No puede ser! ¡Es imposible! ¡No me lo puedo creer -. Exclamé alterada mientras me tapaba la boca con la mano. El corazón me dio un vuelco, sentí un nudo en la garganta. Mi boca permanecía abierta y mis cuerdas vocales eran incapaces de pronunciar una sola palabra, ni un gemido. Me costaba respirar.
¡Era Mica! ¡Había vuelto!
Años atrás, la guardia real de Nubia (nuestro reino), se había llevado a toda aquella persona que no hubiera nacido dentro la frontera, para luchar al frente de una guerra que no era suya y Mica, mi amado, era uno de los reclutados. Mica había nacido en Cubrika, un país a miles de kilómetros de distancia de aquí. Sus padres llegaron a Nubia cuando él apenas era un bebe. Huían de un rey malvado y de una ley estúpida que obligaba a cada una de las familias del país a entregar al primer hijo varón que fuera engendrado como ofrenda a Cario, dios de la guerra y así formar parte del ejército de salvajes y sanguinarios soldados, el más temido de los 8 reinos.
Empecé a notar como mi rostro se humedecía. No eran lágrimas. Comenzaba a llover y las gotas buscaban el suelo. De repente, un trueno.
  • ¡NO! ¡NO, NO, NO!-. Exclamé entre sollozos, ahora sí que estaba llorando. Mica se había ido, se había esfumado, no había ni rastro de él.
Todo había sido un sueño y ese maldito trueno me había vuelto a separar de él.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Relatos enviados para el Concurso Aniversario 3

Relato Sinister.


Hace miles de años, cuando el hombre todavía no existía en la tierra, dos diosas estaban encadenadas; una ante la otra. La primera tenía un aura bonita, llena de luz y sus cabellos descansaban en el hombro. En cambio la otra, con los cabellos negros y cortos, tenía un halo misterioso y mortal.
Ambas llevaban siglos atadas, sin moverse, sin decirse nada, sólo mirándose, atrayéndose como un imán y un metal. Hasta que aquel día no pudieron más. Rompieron las cadenas que las tenían ligadas con una fuerza repentina y se besaron, haciendo caso omiso de la profecía, que explicaba que cuánto las dos se tocaran, llegaría la Apocalipsis.
Y así fue. De su encuentro nació la destrucción de la naturaleza, los dioses y diosas de la polución, una nueva raza: el hombre.


Relato Cotito.

 
Entonces descubres que tienes un nuevo libro en tus manos, qué sabes no será como aquel que acabas de terminar, que su trama será completamente diferente y que no encontrarás a aquellos personajes de lo que te enamoraste tan solo comenzar con el primer capítulo y mirarás la portada y no creerás que será tan bueno, que solo lo tienes porque tu amiga te insistió en que sería bueno, o porque en el colegio te han obligado a leerlo ya que te evaluarán por el o porque tu tía se ha enterado de tu amor por libros y ha querido regalarte aquel para que tengas uno más en su ya bastante grande colección. Irás al final solo para ver cuantas páginas tiene y volverás a compararlo con el anterior, son menos páginas, sabes que la cantidad no hace de un buen libro, pero siempre te han gustado los libros gordos. Volverás al principio y leerás esa primera página que contiene información que jamás dejas pasar, porque sabes que cada una de las personas que allí salen se esforzaron demasiado para hacer que ese libro esté en tu poder, que la portada no salió de una imagen de google, sino que fue de la jaqueca de una o más personas para hacer que todo el contenido se vea graficado en una sola imagen, porque sabes que la edición de ese libro fue hecha por alguien que tenía muchos libros más en los que trabajar, pero se dedicó a ese en específico, porque quienes lo tradujeron para ti, buscaron cada una de las palabras para hacer que nada cambie a lo que el autor quiso decir en su idioma original, porque aquella fecha será quien en un tiempo más convertirá el libro en una reliquia que más tarde harás que tus nietos lean. Volverás a cerrar el libro y suspirarás, porque sabrás que una vez que comiences no habrá nada que te detenga, que la trama te encantará quizás aún más que los anteriores y que cuando te des cuenta, ya demasiado tarde te detendrás y aunque quieras terminarlo con todo tu corazón para saber el desenlace, lo cerrarás y alargarás el momento porque sabes que llegado el momento no habrán más palabras, porque ese es su trabajo y sabemos que aún en contra de nuestra voluntad la amamos, porque es la encargada de darnos lo que con tantas ansias deseamos: el final. Sin duda no seríamos nada sin ella, todo gracias al final de la Historia.

Relatos enviados para el Concurso Aniversario 2

Relato de Yazmín.

Una tarde de verano. El día aún seguía estando muy soleado, y hacía demasiado calor. Las gaviotas volaban sobre la playa. El sol posaba sobre el mar, creando un efecto anaranjado sobre el agua, que se mecía lentamente. Estaba muy hermoso el paisaje, muy tranquilo, todo parecía feliz. Menos Thomasz. Estaba muy afligido, demasiado triste. Caminaba sin rumbo en la playa, solo iba pensando en su amada, su amada Neftali. Pensaba en los momentos hermosos que habían vivido juntos, cuando reían alegremente cuando jugueteaban en el inmenso mar. Y de repente le llegó a la cabeza aquel recuerdo que hería su corazón. Una mañana, había una tormenta, pero no les importó, salieron a dar un paseo en su pequeña lancha, estaban alegres, hasta que una enorme ola los volcó. Él luchaba contra la corriente que lo arrastraba hasta el fondo del mar. Luchaba, se le estaba acabando el oxígeno, y logró salir. Buscaba a Neftali, no la veía, y no la verá jamás. El agua se la llevó. Ese día no lo puede olvidar, le desgarra el corazón con tan solo pensar en eso. De repente, vio en el mar la dulce figura de una muchacha, muy hermosa, con el cabello castaño. De inmediato Thomasz la reconoció. Era su amada, no murió, por alguna extraña razón ella se convirtió en una dulce sirena, cuidando a Thomasz cada vez que se acerque al mar.

Relato de María Sola.

¡SUEÑA!

Olor. Olor a nuevo. Olor a viejo. Olor agradable o desagradable. Pero en todo caso olor.
Hay personas a las que les encantan olerlos y hay otras a que lo detestan, no lo entienden y piensan que las que lo hacen están majaretas. Esas personas que no disfrutan y no entienden que abrazarlo, hojearlo, mirarlo, olerlo son simples gestos de aprecio hacia esos objetos inanimados que nos hacen viajar, soñar, divertirnos, enrojecer de vergüenza o incluso llorar. Esos objetos tan especiales para otras, que los cuidan como a sus propios hijos, limpiándolos con cariño, mirándolos puestos en las estanterías, observando sus lomos desde la distancia, deseando volver a cogerlos y poder volver a disfrutar de su interior, o simplemente admirar sus maravillosas portadas y soñar. Esas personas son las que disfrutan realmente de la vida, las que le sacan el jugo a esta nuestra vida, y que rebañan ese jugo hasta que no queda ni una gotita en el vaso, esas personas son a las que llamamos soñadores. Y lo son porque luchan por conseguir sus sueños y deseos, porque se dejan la piel para hacerlo. Pero mientras intentan conseguir todo esto, ellos pasan sus ratos libres hojeando algún libro y leyendo miles de historias que les hacen soñar y sentirse incluso más fuertes para seguir persiguiendo sus objetivos en la vida, sus sueños.
Porque lo más importante en la vida son los sueños, ya que sin sueños que perseguir ¿qué seríamos nosotros?, no seríamos nada. En realidad seríamos clones unos de otros a manos de los de arriba, que nos controlarían y harían lo que les placiera con todos nosotros. Seríamos simples marionetas que manejar por un par de hilos dirigidos por todos aquellos poderosos en la sociedad. Aquellas personas viles y realmente ambiciosas hasta el punto egoísta que solo buscan su beneficio sin pensar en nadie más.
Y pensad que los sueños nunca desaparecen siempre que las personas no los abandonan. Y que quien no sueña no vive. Por lo tanto ¡SUEÑA!

jueves, 27 de septiembre de 2012

Relatos enviados para el Concurso Aniversario 1

Relato de Little.

Me perdí en mi ciudad, cuando para mi sorpresa encontré lo más inesperado. Yo estaba en la zona Oeste de una zona desconocida cuando de repente sentí unas palmaditas en el pecho. Mis pupilas se clavaron allí, donde parecía que nadie más había reparado. Allí estaba, intacta. Me acerqué, la alcancé y supe que algo extraordinario iba a vivir. Aquella brújula contenía una nota que me puso la piel de gallina: “Estación Miguel Hernández”, Km. 7. Te espero a las 22:15. “Son las 20:00 horas. No hay tiempo que perder”, pensé.

Relato de Dolly Gerasol.

LAS VOCES EN PATRICIA
El juego de luces y sombras que se filtraba por el cristal de la ventana, brindaba a la habitación un ambiente ideal para que Patricia disfrutara. Todas las tardes, al terminar su jornada como institutriz, ansiaba llegar a la humilde morada que rentaba por una módica suma de dinero en un viejo edificio. Anhelaba quitarse los incómodos zapatos rojos y sentarse en la silla mecedora. La tarea diaria no siempre era grata. Patricia era una mujer paciente y comprensiva, pero a veces los niños lograban enojarla. El humor que la seguía al partir de su trabajo no siempre era propicio y, aún así, ella se predisponía de la mejor manera para compartir unas horas con sus únicos amigos.
El atardecer era entonces testigo de infinidad de historias, protagonizadas por variados personajes provenientes de las voces que colmaban la vida de Patricia; voces que se colaban en su mente y en su corazón y le susurraban escenas desbordantes de emociones y visiones. Patricia no había perdido la cordura, había descubierto un grupo de amigos muy especial: los libros.

Relato de Déborah F. Muñoz.

No tenía amigos porque ellos le traicionaban siempre: el uno porque no quiso ir con él al cine, el otro porque se fue con su novia de vacaciones sin contar con él, el otro porque cuando tenía tiempo libre prefería hacer otras cosas que verle, los demás por no ceder siempre a lo que a él le apetecía... Se sentía solo, pero se consolaba pensando que no era culpa suya, sino de ellos por no cuidar su amistad. Aunque un día una idea inquietante le pasó por la cabeza: ¿y si era él el que lo hacía mal? No obstante, descartó la idea de inmediato. Él tenía un carácter envidiable: nadie podía culparle si se enfadaba porque los demás no se plegaban a sus deseos... ya que sus deseos eran la mejor opción y lo que los otros querían no merecía ni ser considerado.

Imágenes enviadas para el Concurso Aniversario

A continuación os dejo las imágenes que enviaron algun@s de l@s participantes del Concurso Aniversario. No hay ningún orden predeterminado. Primero está el nombre del autor/a (si tienen blog, está enlazado) y luego la imagen. Espero que las disfrutéis.

























Publicación de las imágenes/relatos enviad@s para el Concurso Aniversario

¡Hola galletitas! =) Hace poco que finalizó el Concurso Aniversario y como sabéis, una forma de obtener puntos extras era enviarme una imagen (relacionada con la literatura) o un relato. Algun@s de vosotr@s lo hicisteis y os pedí permiso para poder publicarlos en el blog. Ya ha llegado el momento. Todos los relatos y las imágenes llevarán el nombre de su autor/a. Primero voy a publicar las imágenes, que estarán todas en una misma entrada (que no va a ser ésta, sino la siguiente) y luego publicaré los relatos. Éstos últimos son de diferente extensión, por lo que en una entrada no cabrán todos. Para que sea más organizado y limpio, publicaré dos o tres relatos cortos en una misma entrada y si son más largos, les dedicaré una entrada sola. En este momento quiero hacer un inciso. Que publique varios relatos juntos o uno por separado, o en un orden concreto, no quiere decir que me hayan gustado más o menos (todos me han parecido geniales), simplemente es por pura organización. Los publicaré todos seguidos, pero no el mismo día, para que se vayan leyendo poco a poco. Sin nada más que añadir, espero que disfrutéis las imágenes y los relatos tanto como yo =)

¡BESOTES! :P

martes, 25 de septiembre de 2012

Presentación de Acero y miel, de Ana R. Vivo

¡Holaaa! ^^ Con el mes de septiembre ya empiezan de nuevo las presentaciones y es que ¡ya hay ganas! :P A no ser que surja cualquier cosa de última hora, espero estar por allí.


Fecha y hora: Viernes 28 de septiembre a las 19:00h.
Autora: Ana R. Vivo junto a Mar Carrión.
Lugar: Bibliocafé. C/ Amadeo de Saboya, 17.

domingo, 23 de septiembre de 2012

IMM 7

¡Hola pequeñas galletitas! Hacía tiempo que no traía un IMM, pero es que con la cantidad de libros acumulados que tengo por leer, no he querido comprarme ninguno y apenas he pedido prestados, porque quiero primero avanzar con las lecturas pendientes, pero no he podido resistirme y algunas cositas han caído. Además, he ganado un par de concursos de entre los que he participado, que siempre hace ilusión. Aquí os las dejo.


Marcapáginas. Lo compré en una Feria Medieval un día que fui al chalet de mi tía. Había un montón más de los que me enamoré, pero no era plan de gastarse un dineral en marcapáginas.
La biblioteca de los muertos, de Glen Cooper. A principios del mes de agosto, fuimos un@s cuant@s amig@s al chalet de Zaiare. Tenía unas estanterías súper genialosas en su casa y uno de los libros que tenía era éste, así que tuve la ocurrencia de agenciármelo porque tenía muchas ganas de leerlo (es una cosa bastante habitual, suelo usurpar bastantes libros a mis amig@s, pero luego los devuelvo en buenas condiciones xD).


Notas de América, de Charles Dickens. Bueno, ¿quién no conoce a Charles Dickens? Vi este libro (junto con el siguiente) en una oferta y no dudé en comprarlo porque no he leído nada todavía de este autor (aunque parezca mentira) y ya era hora.
Sé lo que estás pensando, de John Verdon. Ya llevaba bastante tiempo detrás de este libro, "el de la portada de los números", y ya que estaba en oferta con tapa dura a 7€, pues para qué pensárselo ...


El nombre de la rosa, de Umberto Ecco. Rebelión en la granja, de George Orwell.
Estos dos libros son una edición bastante antigua como podéis ver. Son un regalo de una familiar que estaba haciendo limpieza en casa y me dejó un par de cajas con libros que iba a llevar a tiendas de segunda mano para que les echara un vistazo antes de llevarlas. Y éste fue el resultado.


Efímera, de Lauren DeStefano. Tenía unas ganas tremendas de leer este libro prácticamente desde que salió. Dolo, del blog It's time to magic, organizó un concurso donde lo sorteaba, me animé a participar y ¡lo gané! Imaginad la alegría que me dió. ¡MUCHAS GRACIAS!

¡HASTA EL PRÓXIMO IMM!

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La guerra de las brujas III. La maldición de Odi, de Maite Carranza

Título. La guerra de las brujas III. La maldición de Odi.
Autora. Maite Carranza.
Editorial. Edebé.
Género. Fantasía.
Edición. Tapa blanda.
Año de publicación. 2007.
ISBN. 9788423699834.
Idioma. Español.
Saga. 3/3.
Sinopsis.
La guerra de las brujas está próxima y la elegida no puede posponer más el momento de empuñar el cetro y destruir a las temibles Odish. Pero Anaíd, que anhela el amor de Roc y del padre que nunca tuvo, que confía en llevar la paz definitiva a las Omar, tendrá que enfrentarse a la traición, al rechazo de los suyos y a la soledad. La maldición de Odi se ha cumplido: la elegida ha incurrido en los errores, ha sucumbido al poder del cetro y hasta los muertos reclaman su tributo. Es el momento de la verdad, de la batalla definitiva entre Omar y Odish.


He tenido la suerte de poder leer la trilogía toda de un tirón y la verdad es que he podido acordarme de más detalles. Con este último libro, he disfrutado mucho, al principio me pareció que bajó un poco el ritmo de la historia y se me hizo algo más largo, pero luego la autora ha sabido solucionarlo de una forma alucinante.
Contamos con prácticamente los mismos personajes que en las anteriores novelas, en los cuales se observa una clara evolución y cuál es la misión concreta de cada uno de ellos. Esta gran definición de cada uno de los personajes me ha gustado muchísimo y me ha sorprendido gratamente. Hacía tiempo que no me encontraba este tipo de protagonistas. Anaid, aunque no es mi protagonista perfecta, sí que entiendo el comportamiento que tiene, acorde a las profecías y maldiciones. Lo que me sorprendió de algunos personajes, es cómo la autora juega un poco con algunos personas y no sabes cuáles son sus intenciones reales hasta prácticamente el final, aunque a veces puedes intuirlo, pero aún así te sorprende.
Enlazando con las profecías y maldiciones, creo que puedo decir que es lo que más me ha gustado de esta historia. Está basada en muchos mitos e historias de culturas que han existido en la realidad o que siguen existiendo y las ha relacionado de una forma espectacular.
En definitiva, una trilogía con un final que no te esperas para nada y con todos los cabos bien atados.

Mi puntuación.


* Muchas gracias a Mr. Sandman.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Ganadores/as concurso

¡Hola a tod@s! ^^ Después de unos errores subsanados, aquí os dejo l@s ganadores/as del concurso. ¡MUCHA SUERTE Y GRACIAS POR PARTICIPAR! =)

Pack 1. Adaptación gráfica de Coraline.


Athenna (RECLAMADO).

Pack 2. 22:22, de Dianna M. Marquès.


Angie Sonríe (RECLAMADO).

Pack 3. Delirium, de Lauren Oliver.


Capicúa (RECLAMADO).

Pack 4. Secuestro en Nueva York y El último adiós, de Mary Higgins Clark y Carol Higgins Clark.


Pepe (RECLAMADO).

L@s ganadores/as tienen que enviarme un correo a: masquefantasia@hotmail.com
Tenéis hasta el domingo 22 a las 00:00 para reclamar el premio, sino se resorteará al día siguiente.

¡ENHORABUENA A L@S GANADORES/AS!