Relato de Yazmín.
Una tarde de verano. El día aún
seguía estando muy soleado, y hacía demasiado calor. Las gaviotas
volaban sobre la playa. El sol posaba sobre el mar, creando un efecto
anaranjado sobre el agua, que se mecía lentamente. Estaba muy
hermoso el paisaje, muy tranquilo, todo parecía feliz. Menos
Thomasz. Estaba muy afligido, demasiado triste. Caminaba sin rumbo en
la playa, solo iba pensando en su amada, su amada Neftali. Pensaba en
los momentos hermosos que habían vivido juntos, cuando reían
alegremente cuando jugueteaban en el inmenso mar. Y de repente le
llegó a la cabeza aquel recuerdo que hería su corazón. Una mañana,
había una tormenta, pero no les importó, salieron a dar un paseo en
su pequeña lancha, estaban alegres, hasta que una enorme ola los
volcó. Él luchaba contra la corriente que lo arrastraba hasta el
fondo del mar. Luchaba, se le estaba acabando el oxígeno, y logró
salir. Buscaba a Neftali, no la veía, y no la verá jamás. El agua
se la llevó. Ese día no lo puede olvidar, le desgarra el corazón
con tan solo pensar en eso. De repente, vio en el mar la dulce figura
de una muchacha, muy hermosa, con el cabello castaño. De inmediato
Thomasz la reconoció. Era su amada, no murió, por alguna extraña
razón ella se convirtió en una dulce sirena, cuidando a Thomasz
cada vez que se acerque al mar.
Relato de María Sola.
¡SUEÑA!
Olor. Olor a nuevo. Olor a viejo. Olor agradable o desagradable. Pero
en todo caso olor.
Hay personas a las
que les encantan olerlos y hay otras a que lo detestan, no lo
entienden y piensan que las que lo hacen están majaretas. Esas
personas que no disfrutan y no entienden que abrazarlo, hojearlo,
mirarlo, olerlo son simples gestos de aprecio hacia esos objetos
inanimados que nos hacen viajar, soñar, divertirnos, enrojecer de
vergüenza o incluso llorar. Esos objetos tan especiales para otras,
que los cuidan como a sus propios hijos, limpiándolos con cariño,
mirándolos puestos en las estanterías, observando sus lomos desde
la distancia, deseando volver a cogerlos y poder volver a disfrutar
de su interior, o simplemente admirar sus maravillosas portadas y
soñar. Esas personas son las que disfrutan realmente de la vida, las
que le sacan el jugo a esta nuestra vida, y que rebañan ese jugo
hasta que no queda ni una gotita en el vaso, esas personas son a las
que llamamos soñadores. Y lo son porque luchan por conseguir sus
sueños y deseos, porque se dejan la piel para hacerlo. Pero mientras
intentan conseguir todo esto, ellos pasan sus ratos libres hojeando
algún libro y leyendo miles de historias que les hacen soñar y
sentirse incluso más fuertes para seguir persiguiendo sus objetivos
en la vida, sus sueños.
Porque lo más
importante en la vida son los sueños, ya que sin sueños que
perseguir ¿qué seríamos nosotros?, no seríamos nada. En realidad
seríamos clones unos de otros a manos de los de arriba, que nos
controlarían y harían lo que les placiera con todos nosotros.
Seríamos simples marionetas que manejar por un par de hilos
dirigidos por todos aquellos poderosos en la sociedad. Aquellas
personas viles y realmente ambiciosas hasta el punto egoísta que
solo buscan su beneficio sin pensar en nadie más.
Y pensad que los
sueños nunca desaparecen siempre que las personas no los abandonan.
Y que quien no sueña no vive. Por lo tanto ¡SUEÑA!
:O ahí está mi relato x)
ResponderEliminarEl de María Sola me gustó mucho :D
Saludos! ^^